Notas al pie [Tergivérsame esta]*

En abril del 2018 escribí a mi amiga Mariel Miranda (socióloga, fotógrafa y ser humano excepcional), atendiendo a su pregunta: ¿Específicamente por qué este grupo de autores?, refiriéndose a los citados a lo largo de Notas al pie. Mariel me acompañó, aquel año, a presentar la edición cartonera de mi libro. Les comparto mi respuesta:

Te comento que, para empezar, prácticamente todos los libros de las referencias están en la biblioteca de mi casa. Son textos que me han acompañado a lo largo de los años en mi formación académica, desde la Licenciatura en Comunicación, pasando por mis semestres de Sociología, hasta la Maestría en Educación.

Son los autores que me han permitido acercarme y entender muchas dinámicas y fenómenos sociales, no exclusivamente lo amoroso.

No es casualidad que en los primeros textos de Notas al pie incluya las citas de Mead. Fue su “Espíritu, persona y sociedad” mi primer libro de sociología, allá en el lejano 2003, cuando trabajaba mi tesis de Comunicación con perspectiva de Género. Y, precisamente con él, mi primer gran experiencia de iluminación teórica (por llamarlo de algún modo) gracias a la claridad con la que describe y explica, desde el Interaccionismo simbólico, la manera en que construimos nuestra autopercepción en la interacción social.

De Mead, en un salto muy natural, pasé a Goffman. Y mis búsquedas en temas de género, a la par de las lecturas de Lamas, Lagarde, Mead (Margaret), Pearson y Tannen, me llevaron a Berger y Luckmann, donde sigo la idea de que la “realidad” como la observamos (con todas sus prácticas, rituales, tradiciones, protocolos y “deber ser” para los distintos géneros) finalmente es una construcción social y varía entre contextos históricos y culturales.

Bauman, por su parte, significa una de mis aproximaciones más nuevas, y concretamente sí, abordando las interacciones amorosas en la sociedad contemporánea. No pude dejarlo fuera.

Por mi formación en Comunicación y mi oficio literario, me he mantenido además muy vinculada al estudio del lenguaje, precisamente como manifestación y reflejo íntimo de las culturas. El tema me provoca una fascinación indescriptible que he llevado de manera recurrente a mis poemas, y la Sociolingüística me ha nutrido teóricamente y de imágenes por demás poéticas.

Para Notas al pie, que no busca ser un tratado sociológico (no formalmente, al menos), sino un breve ejercicio de reflexión poético y lúdico, siento que no profundicé explícitamente en lo sociolingüístico. Sin embargo, me pareció indispensable retomar a Barthes, precísamente por el juego que resulta posible con su “Fragmentos de un discurso amoroso” y, bueno, Wittgenstein me mata de amor (jaja) con aquello de «los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo», me resulta una imagen demasiado poética para no celebrarla.

De alguna manera Notas al pie es, pues, un sencillo homenaje a estos autores que en su oficio filosófico y sociológico (y literario, como Owen y Revueltas), son también grandes maestros del lenguaje, llenando sus textos de momentos poéticos que conservo entrañablemente subrayados y marcados en las páginas de sus libros.

En sociedades como la nuestra, la percepción de lo amoroso tiene un peso bastante fuerte en las dinámicas de interacción humana. De pronto hasta el ridículo y con tintes bastante masoquistas, me parece. Una diversidad de constructos culturales pop (la música, el cine, la literatura, etc.) dan cuenta de ello, perpetuando y reproduciendo esas expectativas y roles. Mi idea con Notas al pie, como lo comento en la presentación** es, sí, apostarle a otras formas… y en ese sentido, va la dedicatoria del libro a mi hija, deseando que a su generación le toque vivir sus relaciones humanas sin tanto drama ni atadura sociocultural.

*Ediciones Periféricas, 2024.

**Me refieron a la edición cartonera del 2017.

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