De los recientes vuelos
El 2024 llegó cumpliendo promesas: sueños por largo tiempo concebidos, unos, y de factura reciente, otros.
Noches de Luna Brava, espectáculo poético-musical que está por cumplir once años y en el cual comparto escenario con mi queridísima Gabriela Bojórquez, se presentó en el foro de La Alameda, de Álamos, Sonora, en el marco del 39 Festival Alfonso Ortiz Tirado, el miércoles 24 de enero. Valga decir que yo soñaba con conocer el pueblo mágico sonorense desde hace más de una década. Tener la oportunidad de visitarlo, por fin, como poeta resultó muy emocionante. Me quedé con el azul de su cielo en mi corazón. Y, claro, la gozosa experiencia de hacer el show ahí con Gabi: inolvidable.
Recién febrero llega y ya me llevó a conocer la bella ciudad de Aguascalientes. Las posadas decembrinas fueron el origen del plan entre amigos. ¡Quién lo hubiera imaginado! Gracias a la gentil invitación de mi querida Mely Pérez para conocer la casa de sus padres, Alex, Dulce y yo, acordamos el viaje para el puente constitucional. Una vez con los boletos, Mely, que es un amor de amiga y cómplice, gestionó para InterSecciones, una charla en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, como parte del programa Helikón, y para Glosa Peninsular, una presentación en Sinalefa espacio escénico, ambas el sábado 3 de febrero. La ciudad: encantadora para recorrerla andando y llenos de asombro. Finalmente: la Sierra Fría. Agradezco desde el corazón el cálido recibimiento de la familia de Mely y guardo, para la memoria, toda la gozosa emoción de viajar con mis amigos.
Tijuana, a mi regreso, me recibió lluviosa y muy fría. Justo ahora escribo saliendo de un resfriado leve, porque el fin de semana ofreció una tregua. El 2024 sigue: hay trabajo (mucho), planes y sueños. ¡Que venga todo lo bonito!