Imperio | Julia Melissa Rivas

Premio Nacional de Poesía Joven Raúl Rincón Meza 2021

(Texto que escribí y leí en la presentación de Julia Melissa en el CECUT)

Me alegra mucho estar aquí, esta tarde, acompañando a Julia Melissa Rivas en la presentación de «Imperio», poemario que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Raúl Rincón Meza 2021… y me alegra, porque siempre es grato y gozoso descubrir vida y obra de una escritora.

Lo he compartido antes, en otros espacios: para quienes venimos del siglo XX, que nos formamos y nos iniciamos en la lectura al cierre del siglo pasado, en este contexto fronterizo de Tijuana, era sumamente difícil encontrar la obra de las escritoras locales, regionales y nacionales (que no fueran, claro: Sor Juana o Rosario Castellanos). No que no existieran; existían y ahora lo sabemos, las leemos y son nuestras grandes maestras. Pero entonces, al cierre del siglo XX era muy difícil encontrarnos. Y digo “encontrarnos” en dos sentidos: como sinónimo de “conocernos”; pero también, como esta posibilidad de hallarnos a nosotras mismas en los textos escritos por ellas. Es decir, de vernos representadas en las historias y la poesía escrita por otras mujeres. Recuerdo el testimonio de mi estimada Elizabeth Villa (que nos representa quizá como generación), respecto al hecho de no haber concebido en la infancia la posibilidad de ser escritora, cuando te preguntaban “qué quieres ser de grande…” y su posterior fascinación al descubrir que había mujeres que se dedicaban a este oficio.


El siglo XXI, el desarrollo tecnológico, la posibilidad de conectarnos a través de internet, ha significado para nosotras y para las nuevas generaciones la maravillosa posibilidad de leer a más escritoras.

Bien, luego de este contexto para explicar mi alegría de encontrar a Julia Melissa Rivas y sus letras, les comparto que la lectura de «Imperio» y haber escuchado por ahí alguna entrevista, me confirmaron también, de alguna manera, que quizá sí estamos muchas de nosotras en la misma búsqueda. Concretamente, puedo mencionar 3 ejes:

  • Nuestra fascinación por las autoras, no solo sus obras, pero también sus vidas. ¿Quiénes fueron?, ¿qué hicieron? ¿Qué retos tuvieron que superar para poder escribir? ¿tuvieron su habitación propia? En el caso de «Imperio», Julia Melissa se vierte entera hacia la figura de Clarice Lispector. Y lo hace con esta devoción que reconozco, que puedo entender, porque el ejercicio le tomó bastantes años, desde la época universitaria, cuando descubrió a la autora. Y, entonces, recupera este acompañamiento de años, donde sus pasos le llevaron a cruzarse con vida y obra de la ucraniano-brasileña, desde ciertos paralelismos como el desarraigo, la vida cotidiana y, claro, la experiencia de ser una mujer que escribe.

    • Del poema: “Un día como cualquiera en la casa de Gurgel Valente, antes del crepitar del aceite

Si al llegar cansado de algún lugar lleno de trajines y trabajo me preguntas, responderé: no hice nada el día de hoy; pasé el tiempo, cociné; fui mujer un día más, nada asombroso realmente.

  • Un segundo eje que pude encontrar en la lectura de «Imperio» es el interés sobre el propio oficio poético. Esto que le lleva, precisamente a preguntarse: ¿Cómo crean las mujeres? ¿Dónde escriben?... Y, entonces, la continua búsqueda en las historias de las autoras. 

    • Del poema “Unidad”

Pese a eso, aún en pleno día se puede dormir tranquila en cualquier tiempo y lugar,

imaginario o no, se puede escribir.

  • Un tercer eje: el viaje. No exclusivamente el traslado físico, la migración. Julia Melissa vivió varios años en Argentina, por ejemplo. Pero en «Imperio» —que finalmente es todo un viaje en el tiempo—, el recorrido principal es al interior de la autora: la constante es la búsqueda y la indagación que es posible, precisamente, porque el oficio literario es un oficio solitario. El viaje final, lo sabemos, es hacia la muerte.

    • Del poema “XXV”

No te parecerás a Brasil ni a Buenos Aires,

no recordaré Bruselas ni algún lugar desconocido.

Pese a esto, con misterio y convicción,

con todos mis sentidos,

y con mi cuerpo,

y con mi último soplo de vida,

espero ese viaje.


Para mí, estos tres elementos de «Imperio» son, en sí mismos, suficientemente fascinantes para recomendar la lectura de este poemario… pero, les mentiría si no les contara que, de entrada,  lo que me atrapó de la poesía de Julia Melissa fue su lenguaje poético.

Y es que Julia Melissa concibe a la poesía como un gran laboratorio del lenguaje. Yo les puedo decir, que «Imperio» ofrece un bálsamo sereno, pero poderoso. Sereno, por la belleza artesanal con la que articuló cada poema; y poderoso, por las preguntas y reflexiones que en momentos, incluso, nos atraviesan. Es, sin duda, el resultado de todos estos años en diálogo con la vida y obra de Clarice, este desmenuzar y observar como bajo una lupa su lenguaje, sus temas, sus preguntas. 

Recuperando las metáforas culinarias —porque Julia es una gran cocinera—, «Imperio» se coció a fuego lento; un amorosísimo cuidado se percibe en cada verso, en cada imagen; en su ritmo.

  • Del poema “Quién fue

Frente al espejo,

con los ojos cerrados palpé mi nombre, sabiendo que esta mujer de ficciones reunidas

tuvo como deber una palabra nueva, repetida desde siempre.

Gracias, Julia Melissa, gracias por «Imperio».

Tijuana, Baja California, a 9 de noviembre de 2023.

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