Punto de fuga
A manera de presentación
Punto de fuga es un poemario breve; un ejercicio de diálogo entre la imagen poética de los textos y el collage digital. En el mismo título deposito un concepto que viene de las artes visuales… y que siempre me ha causado fascinación, porque es una ilusión (óptica): la unión de líneas paralelas en el horizonte (cuando, por definición, las líneas paralelas jamás cruzarán sus trayectorias, a diferencia de las perpendiculares).
Desde otros contextos, la fuga me evoca irremediablemente una sensación de libertad. Es decir, me remite a la huida voluntaria y urgente, de situaciones que ahogan y aprisionan (literal o metafóricamente). La fuga es, pues, casi un mecanismo de defensa: un reclamo a la realidad.
En el poemario hay, de entrada, dos posibles rutas para navegar los poemas. Dos hilos conductores en el proceso creativo. El primero, un poco en el tono del poema «Expediciones», en Glosa Peninsular (Ediciones Periféricas, 2022), tiene que ver con mis cavilaciones en torno a la libertad de ser, estar y sentir a voluntad. Reafirma mi deserción del «deber ser» heredado y anacrónico en aras de «otro modo de ser humano y libre», como buscó Rosario Castellanos en su poema «Meditación en el umbral». En este punto de mi vida, justo he pasado la primera mitad en un siglo y la segunda, en otro. Esta navegación entre siglos es, sin duda, fundamental —y fundacional— de la mujer que soy ahora. El aprendizaje se refleja en mis poemas, sin intención de decirle a nadie qué hacer con su vida; sino porque, justo, he aprendido que el uso de la voz es derecho irrenunciable.
El segundo hilo conductor, porque irrenunciable también es mi derecho a ser, estar y sentir a voluntad, oscila en la experiencia erótico amorosa. Escribir poemas con este tono lúdico y salaz me ha resultado siempre muy gozoso. El lenguaje de lo amoroso me resulta por demás seductor, irresistible. Me sirvo de él, para dar testimonio de mi visión de este vínculo humano, con toda alevosía y ventaja. Los poemas son, finalmente, un acto de amor; uno de mis actos de amor favoritos.
El ejercicio de collage digital que acompaña a varios de los poemas de Punto de fuga es, por su parte, otra manera de experimentar, ahora con el código visual, la imagen amorosa. Es, todavía, una exploración de mi voz, mis tonos, formas. Lo mismo que la palabra, la imagen expresa; es un lenguaje que me ha resultado necesario en los últimos años. Lo ofrezco sin mayor pretensión que continuar el juego más allá de las palabras.
Ha sido una gran alegría que Punto de fuga cayera en manos de Eric Jair Palacios, Sophia Ibarra y Mario Miranda. Desde Metaletras Editorial y Editorial Halfbreed se gesta para la historia de nuestra ciudad un importante registro y acervo de la literatura regional. Celebro la iniciativa con agradecimiento y mi abrazo sincero. Tener en las manos un ejemplar de la plaquette (como antes otras de sus publicaciones) me habla de su gran vocación editorial.
¡Gracias, gracias, gracias!
Tijuana, B. C., 11 de septiembre de 2024.